domingo, 24 de marzo de 2013

Mayra Copas Sadud: “Envidias siempre hay, pero me hacen más fuerte”




La corona de miss Santa Cruz pesa. Pero no por los $us 10.000 en los que está valuada, ni por las siete piedras semipreciosas (una principal de 40 quilates y otras seis de 15 quilates cada una) y los 10 cristales de roca, que se engarzan en una estructura de plata, convirtiéndola en una verdadera joya. ¡No! El auténtico peso está más allá. Radica en cómo cambia la vida de quien gana el derecho de llevarla sobre su cabeza.

Para Mayra Copas Sadud, la flamante miss Santa Cruz 2013, la carga llegó de inmediato. En el mismo instante en que dijeron su nombre, su mundo se sacudió. A la alegría y la emoción de saberse vencedora les siguieron los abrazos y los buenos deseos, que llegaron conjugados con una serie de compromisos que la esperaban.

Apenas bajó de la pasarela, en la que una chica simple de 17 años y estudiante de odontología se convirtió en la gran miss, esperaban los representantes de los medios de comunicación; su papá, Pedro Copas; el equipo de Promociones Gloria; varios integrantes de su familia, amigos y un sinfín de personas. Incrédula en la nebulosa de todo lo que acababa de vivir, Mayra se trasladó de la Feria Exposición, donde se hizo el concurso, a su casa. Más visitas... mientras ella solo pensaba en hablar por teléfono con su mamá, Gaby Sadud, que vive en Suiza. ¿Dormir? Ni pensarlo. Entre la adrenalina, las llamadas y quienes seguían llegando a su casa, la noche se hizo día. Y entonces todo se aceleró más todavía.

Apenas había logrado dormir un par de horas, “y creo que fue con la corona puesta” y corrió a Promociones Gloria para que la arreglaran. Tacos, banda, corona, maquillaje y vestido de gala se convirtieron en sus aliados para comenzar un recorrido en el que prácticamente no hubo pausa hasta las 23:00. La revista mañanera de un canal, luego visitas a dos diarios, fotos oficiales…Un cambio de maquillaje y peinado para la sesión de fotos que ilustra esta edición. Dos horas de poses, abrigo de piel de por medio, y el agotamiento se hacía más y más evidente.

¿Difícil el inicio del reinado?
Estoy emocionada, no lo creo. Yo estaba contenta con llegar al grupo de las finalistas. Jamás me esperé esto. No lo puedo creer. Estoy cansada, pero feliz.

¿Cómo fue leer hoy tu nombre en la prensa?
Cuando llegué al salón a que me arreglaran lo primero que vi fue EL DEBER. Entonces leí y comencé a caer en cuenta.

¿Por qué tan incrédula? ¿Cómo te atreviste a entrar en el concurso si no esperabas llegar lejos?
Me inscribí a último momento, al límite, cuando faltaba un mes para la final, porque mi mamá me insistió mucho. Tuve una entrevista con el equipo de Promociones Gloria y me aceptaron. Entonces comencé de inmediato con las clases de pasarela y bajé de peso. Creo que todas las chicas me odiaron por la forma en la que llegué y todo lo que conseguí.

Precisamente sobre eso, hoy por la mañana llamaron a Promociones Gloria para decir que tenés un hijo. ¿Eso es parte del peso de llevar esta corona?
Envidias siempre hay. Estoy acostumbrada y no me afectan, me hacen más grande y más fuerte. Yo sé de dónde viene todo eso.

Mayra, tenés 17 años, has pasado 12 en Bolivia y cinco en Suiza, te enfrentaste a una familia separada y a la elección de vivir con tu papá o con tu mamá. ¿Cómo fue?
Muy duro. Cuando tenía un poco más de un año de vida, mi mamá decidió ir a Suiza a buscar mejores oportunidades. Mis dos hermanas y yo nos quedamos a vivir con mi papá. Mi mamá es la mujer que más admiro en el mundo, por el valor que tuvo por luchar por algo mejor, por su fortaleza, su seguridad en ella misma.

Pasaste tu infancia sin tu mamá...
Sí. Pero mi papá siempre estuvo. Fue papá y mamá. Hasta en los agasajos del Día de la Madre estaba él. Pienso mucho en lo difícil que fue para mi mamá. Sola en los festejos de Año Nuevo, nuestros cumpleaños. Entonces valoro mucho más su esfuerzo.
Más difícil todavía fue cuando nos tuvimos que separar de mi papá para ir a vivir a Suiza.

¿En qué momento tomaron esa decisión?
Mi mamá trabajó muy duro, haciendo limpieza de casas, consiguió la residencia y podía ofrecernos lo que ella siempre quiso, una casa y estudios para las tres. Yo tenía 11 años cuando viajamos con mis hermanas Katherine (21) y Brenda (16). Llegamos a un país desconocido a aprender el idioma, sin amigos.

¿Cómo recordás tus primeros días en Suiza?
Quedé impresionada con la gente tan educada, amable. Después enfrentamos el reto de aprender francés y hacer amigos.

¿Por qué decidiste volver a Santa Cruz?
Amo esta ciudad, me encanta Roboré. Mi papá es de allá, es tan paradisiaco, tan bello. Extrañaba a mi papá, así que vine a estudiar a la Udabol. Mis hermanas se quedaron con mi mamá y hablo todos los días con ellas.

La vida te ha hecho fuerte y decidida...
Me ha enseñado mucho. He madurado. La gente y las circunstancias te hacen cambiar.

Y este mes de preparación para el Miss Santa Cruz, ¿qué te enseñó?
Mucho, a ponerle voluntad, a trabajar duro. Nunca se me pasó por la cabeza cuánto trabajo había en la preparación. Ahora valoro mucho más a las chicas que pasaron por esto.

¿Qué viene en tu vida rumbo al Miss Bolivia?
Tengo que ir al gimnasio, bajar de peso y seguir en mi preparación. Voy a dar todo lo mejor.



Perfil
Mayra Copas Sadud
Miss Santa Cruz 2013

Ocupación. estudiante de segundo semestre de odontología
Edad: 17 años

Hija de un administrador
La flamante soberana es la segunda de tres hermanas. Hija del segundo matrimonio de Pedro Copas con Gaby Sadud. Además, tiene cinco hermanos por parte de padre.

Entre Suiza y Bolivia
A los 11 años viajó a Suiza junto a sus hermanas para rencontrarse con su madre, Gaby Sadud, de quien se separó con poco más de un año de vida.

Sus estudios
La primaria la hizo en Santa Cruz, parte de la secundaria en Suiza y los dos últimos años en un CEMA en Santa Cruz.





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