¿Qué te animó a participar en el concurso Miss Santa Cruz?
Me pareció que sería una experiencia bonita y de la que podía aprender mucho. Sabía que me ayudaría a crecer como persona y no me equivoqué, así fue. Es algo de lo que no me arrepiento.
¿Qué sientes al haber sido elegida entre tantas cruceñas bellas?
Fue algo hermoso, pues recibí mucho apoyo, no solo de mis familiares y amistades, sino de gente que no conocía. Siempre he creído que la belleza es algo casual, nadie pide nacer bonita, pero esa belleza hay que cultivarla desde el interior para tener mejores resultados en la vida. Y eso estoy haciendo. Me di cuenta que ser reina de belleza, en mi caso Miss Santa Cruz y Miss Bolivia 2015, es más que una corona; es un compromiso con la región y el país, y tengo que dejar el nombre en alto.
¿Cuál fue tu sensación en el Miss Bolivia antes de ser elegida como ganadora de la corona?
Cuando entré al concurso de belleza lo hice con el propósito de hacer un buen papel y de destacarme, por eso me esforcé y luché. Quería ganar, pero no tenía la certeza de que la corona sería para mí, porque la competencia fue dura. Para ganar algo hay que tener mente positiva y yo siempre la tuve. Percibía que tenía posibilidades, pero al ver a mis compañeras me di cuenta de que la lucha estaba pareja, entonces me esforcé más.
¿Qué puertas se te han abierto luego de ganar la corona?
Muchas. Tengo más trabajo como modelo y azafata, oportunidades de viajes y la gran responsabilidad de representar a Bolivia en concursos internacionales como el de Reina Hispanoamericana y el Miss Universo.
¿Cuáles son las ventajas y desventajas de una Miss?
Las ventajas son muchas. Hay más opciones de trabajo y pagan mejor. Viajas, conoces lugares dentro y fuera del país. La desventaja es que tienes que dejar momentáneamente los estudios y alejarte un poco de la familia para cumplir con una serie de compromisos que requieren tiempo y dedicación.
¿Qué piensas de la belleza física, crees que es suficiente para el éxito?
(La belleza) es subjetiva y todo depende de quién es la persona y del que observa o juzga. La belleza física no es suficiente, debe estar acompañada de simpatía e inteligencia para ser completa y no pasar desapercibida o ser admirada fugazmente. Es cierto que ser bonita abre puertas, pero si no se la acompaña con inteligencia esa misma puerta se cierra.
¿Qué piensas de los cánones de belleza, de lo perfecto?
No existe la perfección, menos en la figura humana. Todo depende del cristal con que se vea a las personas. Una chica para mí puede ser bella y para otros no. Siempre he creído que la belleza interior se impone a la física.
¿Ahora que eres una embajadora de la belleza de Bolivia, qué sabor tiene la fama, el triunfo?
Es hermoso llamarse Bolivia y ser la representante de nuestro país. Tiene un sabor muy agradable, pero también hay que ser responsable con este compromiso, pues una es la imagen de todo un país.
¿Cuál es tu trabajo prioritario en Bolivia como reina de belleza?
Por el momento representar y ser la anfitriona en el concurso Reina Hispanoamericana. Luego, prepararme para el Miss Universo 2016. Paralelamente, tengo compromisos de viajes a ciudades del país para participar en sus fiestas cívicas.
¿Te has sentido presionada en algún momento por los medios de comunicación o por la misma sociedad?
La presión siempre existe, pero eso es porque uno asume la responsabilidad de hacer un buen papel. Y no he tenido ninguna mala situación.
Si pudieras volver atrás, ¿cómo responderías en el programa Showbiz en CNN español, cuando te pidieron tu opinión sobre el comentario de Donald Trump, quien dijo que había que construir un gran muro entre Estados Unidos y México y que éste último lo pague?
Siempre voy a defender a mi gente, a mi cultura, a mi raza. Soy boliviana y por lo tanto latinoamericana y cuando se ofende a algún pueblo o país de nuestra región, me ofenden a mí. Rechazo la opinión de Donald Trump sobre los mexicanos y latinoamericanos, pues ello demostró xenofobia y racismo.
Perfil
La cruceña tiene 21 años. Es la cuarta de cinco hermanos. Sus padres son Leonir e Hilda, quienes viven en el Fortín (San Julián). Paula estudia Psicología en la Udabol.
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