viernes, 10 de noviembre de 2017

Natalia Rocha Avendaño, Miss Plurinacional 2017



La chuquisaqueña Natalia Paola Rocha Avendaño, de 16 años, posa en PRÊT-À-PORTER con una muestra del vestuario que lució en el certamen de Miss Plurinacional 2017, en el que obtuvo la máxima corona en agosto pasado.

Ella dice sentirse orgullosa de llevar el nombre de Chuquisaca de la mano no solo de la belleza, sino también de la cultura. Según su diseñadora, Sonia Avilés, la joven impresionó en la entrevista con el jurado tanto por su presencia como por su personalidad.

Para Rocha, la elección departamental y luego nacional fue una hermosa experiencia de aprendizaje y crecimiento. “Este evento es muy importante porque incentiva a las candidatas a compartir sus culturas”, comenta.

Al ser consultada sobre qué significa para ella llevar esta corona, dice que está muy comprometida con asistir durante su reinado a todas las actividades a las que sea convocada y que también aspira a presentarse a otros concursos en el futuro.

Por el momento, su prioridad son los estudios (cursa el quinto año de secundaria en el Colegio Alexander von Humboldt), quiere sacar buenas notas y ser una mejor persona.

Cuenta que fue su madre, Alejandra Avendaño, quien la incentivó a participar en estos concursos, donde ganó experiencia tanto en el mundo de la belleza como en el del modelaje, por el que siempre se sintió atraída.

Fue Miss Chiquitita Bolivia en 2013 y también tuvo la oportunidad de actuar en la película “Luces y Sueños”, de Alucine Producciones.

Miss Plurinacional se organiza hace siete años con la participación de representantes de los nueve departamentos del país.

Está a cargo de Beatriz Montero Vaca, directora ejecutiva y propietaria del salón “Bellezas en Eventos Bolivia”.

El vestuario

Natalia Rocha obtuvo en las preliminares el título de Miss Traje Típico con una pieza de Sonia Avilés confeccionada sobre bayeta de la tierra en color negro, que representa la riqueza petrolera de Bolivia. La diseñadora se inspiró en las mujeres de la cultura Tentayape, que llevan chaquiras alrededor del cuello cuando visten su traje de gala.

El vestido destaca la figura de Natalia con el corte sirena y está cubierto con 1.000 monedas de 0,50 bolivianos. El bordado, artesanal en la extensión del vestido, representa a la Pachamama y a los recursos naturales de Chuquisaca; tiene detalles de las culturas Tentayape y Jalq’a.

Los bordados de los Jalq’a, de la zona de Potolo, se mantienen en otras prendas de moda étnica que lució la joven. Por ejemplo, en el negro de corte sirena y el amarillo en bayeta de la tierra. El vestido blanco corto fue el que Natalia lució para la entrevista con el jurado, de donde salió con un alto puntaje que la ayudó a obtener el título.

El vestido de gala para la pasarela final es de color fucsia y tiene un corte sirena. Está confeccionado a base de tul y embellecido con cristales de la República Checa que Sonia Avilés trajo personalmente desde ese país. •





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