miércoles, 3 de julio de 2019

VALERY MARISCAL, SEÑORITA POTOSÍ: “Me llevo los mejores recuerdos de Santa Cruz”

Valery Mariscal es contadora a nivel técnico y cursa el último año de la licenciatura de la carrera de Auditoría-Contaduría Pública en la Universidad Autónoma Tomás Frías (UATF) de Potosí.



Valery Mariscal es contadora a nivel técnico y cursa el último año de la licenciatura de la carrera de Auditoría-Contaduría Pública en la Universidad Autónoma Tomás Frías (UATF) de Potosí.

Horas antes de la gala final del concurso Miss Bolivia, dice a ECOS que le apasiona la lectura, bailar y nadar, actividades que identifica como sus hobbies. “Leer e irme a nadar lo disfruto muchísimo; además de ser un deporte muy completo, la natación me relaja”, afirma para luego remarcar: “soy bailarina desde que nací”.

Su familia está conformada por seis integrantes: ella es la menor de los cuatro hijos de Juan José Mariscal Arias y Valeria Monzón Gutiérrez.

Modelo, reina y comunicadora

“El modelaje lo vengo haciendo desde niña por impulso de mi mamá, que me metió a este lindo mundo del modelaje y de los concursos de belleza desde muy corta edad”, relata. Valery participó en todas las versiones de la Feipobol como azafata de varias empresas como Entel, Monterrey o Viva. También logró diferentes títulos: fue Reina de la Primavera Potosí y Reina del Carnaval potosino, entre otros.

“Actualmente disfruto de la bendición de Dios de llamarme Potosí siendo coronada como Señorita Potosí 2019”.

Cuenta que le apasiona trabajar en medios de comunicación. Fue conductora de programas de entretenimiento y de un noticiero.

¿Y en el futuro? En principio, se ha propuesto culminar su licenciatura y, luego, incursionar en la comunicación social de manera profesional. “Las cámaras realmente me han robado el corazón”, revela Valery.

Miss Bolivia

Su participación en el Miss Bolivia marcó un antes y un después en la vida de esta joven potosina. “Me llevo los mejores recuerdos de Santa Cruz, gente hermosa que conocí, aprendí mucho de cada departamento gracias a la convivencia estrecha con sus soberanas”.

También confiesa que “supe cómo es trabajar bajo presión, cumplir horarios a la perfección, saber qué es dormir a las dos de la madrugada y ya estar a las siete en punto arreglada para comenzar el nuevo día”.

Finalmente, Valery dice sentirse orgullosa y agradecida con Dios, con sus padres y demás familiares y personas en general que la apoyaron en esta aventura. •







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