“Esta corona de la tradición es mi pase directo, porque con ella me haré conocer en todo los pueblos que visitaré”, dijo esta morocha de 18 años, que enfrenta la vida con mucha madurez, pues a los seis años su madre se fue a España por cuestiones laborales y se quedó a cargo de sus abuelitos y de su tía, Claudia Alejandra Franco, que es su aliada porque siempre la acompaña.
“El domingo mi tía estuvo comandando la barra integrada por mis amigos y familiares”, comentó María José, que ya se prepara para lucirse en el estand de la Federación de Fraternidades Cruceñas en la Fexpo. Allí mostrará, a todo aquel que pase, los juegos tradicionales, en especial el del topo, que es su favorito.
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