Cuando Ariana Miyamoto fue coronada Miss Universo Japón 2015, las participantes dijeron que ella se había robado el espectáculo con su sensual paso,
una sonrisa contagiosa y calmada confianza en sí que contradecía sus 21 años.
Sin embargo, no fue solo su belleza y porte lo que la catapultó a la atención nacional. Miyamoto es una de apenas un diminuto puñado de hafu o japonesa de raza mixta, que gana un importante concurso de belleza en el Japón orgullosamente homogéneo. Y ella es la primera mujer medio negra en la historia que lo logra.
La victoria de Miyamoto le granjea el derecho a representar a Japón sobre el escenario mundial en el concurso internacional Miss Mundo previsto para enero. Ella dijo esperar que su apariencia -y mejor aún, una victoria- impulsaría más a los japoneses a aceptar a los hafu. Sin embargo, destacó que Japón quizá aún tenga un largo camino por andar.
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