Sus horcones. Sus cruces en cada intersección de sus calles. Su templo misional. Su historia antigua. Su represa mágica. Todo, a la merced de ellas. Veintidós jovencitas se fueron de exploración. Y lo hicieron a 476 km de Santa Cruz de la Sierra.
Decir que, con su belleza, embrujaron San Ignacio de Velasco, no es una ficción. Llegaron aún de madrugada. Se maquillaron, se peinaron y se enfundaron en un traje amarillo para enamorar a la ciudad chiquitana.
A primera hora de la mañana pisaron el salón de actos de la Alcaldía ignaciana y fueron abrazadas por las principales autoridades de la región. El alcalde Moisés Salces les contó sobre San Ignacio y las declaró “huéspedes ilustres”. Después salieron a la calle y bailaron al son de un taquirari, interpretado por la banda del Ejército.
Las candidatas al Miss Bolivia 2019 siguieron su paseo por la plaza 31 de Julio y muchas de ellas quedaron retratadas a través de las selfis que les pidieron los ignacianos. Se pasaron hasta el antiguo templo y admiraron la grandiosidad misional, herencia de los jesuitas. Conocieron la historia de la iglesia y entraron en ella para hablar con Dios.
Se apresuraron porque tenían que cambiarse de vestuario. Almorzaron un rico bufé. Se divirtieron arriba de las motos, enarbolaron - con sus risas- la tranquilidad del pueblo y se sumergieron a la cueva del yeso. Conocieron lugares turísticos, como la Casa de la Cultura y el mirador del Cristo. Se pusieron sus biquinis de colores y posaron en la represa Guapomó. Ahí les llovieron los piropos.
Al final de la tarde concursaron en la elección del mejor traje típico en plena plaza principal y ayer llegaron a Santa Ana de Velasco. En todo momento la miss Litoral y la srta. Santa Cruz robaron cámaras y nunca dejaron de sonreír. Las dos representantes de Cochabamba también han sabido mostrar más su belleza, pero algunas candidatas del occidente se apagaron ni bien pisaron suelo ignaciano.
Todas buscarán la corona que entrega Promociones Gloria. La gran final del certamen será este sábado 29 de junio en el salón Sirionó de la Fexpocruz.
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