Un residente de Nassau, la capital de Bahamas, asegura que desde hace cinco días a la única mujer fea que ha visto es a su esposa. “Esto realmente se volvió un paraíso”, indica el hombre, que aún cree haber conocido un ángel cuando llegó a esa ciudad la Miss Universo reinante, Dayana Mendoza.
Y es que hasta el domingo 23 de agosto el turístico archipiélago caribeño acogerá a las 84 chicas más guapas de todo el mundo, que lucharán por coronarse como la nueva reina universal y, por supuesto, la que entregará el título está en el lugar disfrutando al máximo sus últimos días de gloria, por así decirlo.
Las aspirantes están estos días conociendo las bellezas de los paisajes de las diversas islas que conforman el estado situado en las antillas, visitando los sitios de interés cultural e histórico y relajándose antes de la gran noche. Pero no todo es diversión: los ensayos, tanto para la preliminar del domingo 16 como para la gala final, ya empezaron y son arduos, porque no faltan las misses que no se llevan bien con las coreografías.
Mientras se acerca la elección, a Nassau empiezan a llegar periodistas y ‘missiólogos’ de varios puntos del planeta. Entre ellos corren las apuestas por adivinar quién será la próxima soberana del universo. En los sitios que siguen el certamen siguen encabezando el ranking las delegadas de República Checa, República Dominicana y México.
Noemí se transformó en otra
Noemí o Dominique, como quieran llamarla (los dos son sus nombres y tiene otros dos más: Rosa Teresa), les tapó la boca a mucha gente que pensaba que la chica no iba a hacerse sentir en Bahamas.
Los sitios webs especializados en certámenes de belleza publican fotos de la bella cochabambina y muchos de ellos destacan su estampa, además de sus ojos celestes.
Los cibernautas también escriben sobre su elegancia y aseguran que con el vestido azul que usará en la noche final (obra de Rosita Hurtado), ella se robará el espectáculo. Pero la boliviana no se escapa de las duras críticas: hay quienes dicen que está pasada de peso, que se la ve mayor y que tiene los párpados caídos.
En la entrevista para la página oficial del certamen, Noemí habló en español (pese a que domina el inglés y el francés). Calmada, sin aires de diva, cuenta cómo es Bolivia y destaca que, pese a no tener salida al mar, tiene delfines en el noreste de su territorio, refiriéndose a los ríos de Beni. ¿Sus tres deseos? Eliminar las guerras, tener el poder de la sanación y volver a ver a su madre, que falleció poco antes de convertirse en la mujer más hermosa de Bolivia.
Y es que hasta el domingo 23 de agosto el turístico archipiélago caribeño acogerá a las 84 chicas más guapas de todo el mundo, que lucharán por coronarse como la nueva reina universal y, por supuesto, la que entregará el título está en el lugar disfrutando al máximo sus últimos días de gloria, por así decirlo.
Las aspirantes están estos días conociendo las bellezas de los paisajes de las diversas islas que conforman el estado situado en las antillas, visitando los sitios de interés cultural e histórico y relajándose antes de la gran noche. Pero no todo es diversión: los ensayos, tanto para la preliminar del domingo 16 como para la gala final, ya empezaron y son arduos, porque no faltan las misses que no se llevan bien con las coreografías.
Mientras se acerca la elección, a Nassau empiezan a llegar periodistas y ‘missiólogos’ de varios puntos del planeta. Entre ellos corren las apuestas por adivinar quién será la próxima soberana del universo. En los sitios que siguen el certamen siguen encabezando el ranking las delegadas de República Checa, República Dominicana y México.
Noemí se transformó en otra
Noemí o Dominique, como quieran llamarla (los dos son sus nombres y tiene otros dos más: Rosa Teresa), les tapó la boca a mucha gente que pensaba que la chica no iba a hacerse sentir en Bahamas.
Los sitios webs especializados en certámenes de belleza publican fotos de la bella cochabambina y muchos de ellos destacan su estampa, además de sus ojos celestes.
Los cibernautas también escriben sobre su elegancia y aseguran que con el vestido azul que usará en la noche final (obra de Rosita Hurtado), ella se robará el espectáculo. Pero la boliviana no se escapa de las duras críticas: hay quienes dicen que está pasada de peso, que se la ve mayor y que tiene los párpados caídos.
En la entrevista para la página oficial del certamen, Noemí habló en español (pese a que domina el inglés y el francés). Calmada, sin aires de diva, cuenta cómo es Bolivia y destaca que, pese a no tener salida al mar, tiene delfines en el noreste de su territorio, refiriéndose a los ríos de Beni. ¿Sus tres deseos? Eliminar las guerras, tener el poder de la sanación y volver a ver a su madre, que falleció poco antes de convertirse en la mujer más hermosa de Bolivia.
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