La primera coreografía fue un anticipo de lo que sería la gala de Miss La Paz, realizada en el hotel Radisson y organizada por Cinetel. Con la música en vivo de la Saya Afroboliviana, las 12 candidatas trataron de bailar vestidas con cortas polleras y una bolsa de cemento. Dos razones para este atuendo: la primera, el carácter ecologista que se trató de imprimir al evento (el papel reciclable), y la segunda: Soboce era auspiciadora.
Los presentadores —Denisse Quiroga, María Laura Nietch y Pablo Llano— tuvieron que alargar sus monólogos pues no faltaron atrasos. Siguió la actuación del grupo JP y Los Hamers; y el pase, con tango, de las postulantes en ajustados trajes con los colores de AeroSur, otra auspiciadora.
Siguió el desfile en malla con el sello de Monopol y se entregó el título de Miss Silueta a Raysa Terceros. Antes, De Ávila había sido elegida Mejor Rostro y Ulloa, Mejor Imagen de GrafTec. Bulliciosas barras pugnaban por sus favoritas cuando se anunció el desfile en traje de gala. Una a una, las muchachas lucieron vestidos largos, sin mención alguna a los diseñadores.
Se llamó a las seis finalistas y sin preguntas del jurado, de sopetón, se anunció a las ganadoras. Jissel Lozada fue elegida Miss Soboce Medio Ambiente; Brisly Sandóval, Miss Illimani; ninguna recibió banda. Emocionadas, Marioly y
Raysa oyeron sus nombres como representantes paceñas al certamen nacional que será en agosto. La Miss agradeció a Dios, a la Virgen y a su familia. La Señorita prometió batalla: “Como buenas paceñas, vamos a dar guerra en el Miss Bolivia”, dijo.
Gradas, bolsas y apuros
Un escenario casi desnudo y con altas gradas dificultó el paso de las candidatas. A las bolsas de cemento que lucieron les faltó el toque de un diseñador, que los hay especializados en papel. Las coreografías requirieron más ensayo. Lo mejor de la noche fue la actuación de la Saya y el baile que presentó Claudia Pereyra.
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