Fue el espectáculo de belleza deslumbrante y televisivamente más perfecto jamás visto. Como dijo Bond: “Fue de Rusia con amor”. Bolivia tiene mucho que aprender para sobresalir en estos eventos, donde no basta la belleza física sino también la actitud, el servicio social, los conocimientos y las habilidades de comunicación.
Hay que enviar representantes con madurez intelectual, porque a los 18 años todavía la personalidad está en plena formación (la ganadora tiene 25 años, con una actitud arrolladora y experiencia como conductora de TV).
No se aprovechó el grupo de vestuario para promocionar los colores simbólicos de Bolivia (nada de adornos de la fauna boliviana, la ropa étnica de R. Hurtado, I. Holters o los estilizados de L. Castellanos), pero llamó la atención el traje típico.
Debemos reforzar las habilidades de comunicación frente a las cámaras de TV (unos segundos de aparición en la final la ven más de 2 mil millones de telespectadores. La boliviana no se “robó” cámaras, ni aprovechó la entrevista para promocionar Bolivia turística.
Miss Universo 2013 trajo nuevas enseñanzas, pero hay algo innegable: la belleza física de la mujer boliviana es competitiva, aunque con desventaja, con fábricas de misses. Hay que reforzar el campo de experiencias (en especial el trabajo de servicio social) e intelectual de nuestra representante, con un reajuste, de tiempo y especialistas, en el entrenamiento para un concurso de belleza
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