A unas horas de ser elegida como la más bella de Santa Cruz, Paula Schneider abrió las puertas de su hogar a EL DEBER. Un poco cansada, pero con una gran sonrisa, contó que siempre quiso ser modelo, pero no fue hasta que, incentivada por su tía, Enma Aguilera, ingresó a Promociones Gloria en diciembre pasado. Luego, motivada por Gloria de Limpias, se animó a participar en el certamen. No creyó lograr el título, pero ahora está preparada para hacer que Santa Cruz se sienta orgullosa de ella.
Aseguró que a pesar de que el vestido que usó en el cuadro de gala, diseñado por Ernesto Barahona, fue muy criticado, esto no le dio desventaja, pues la idea de que sea tan cubierto era para que resalte su rostro.
Muy unida a su familia
Es hija de Leonir Schneider e Hilda Aguilera, la cuarta de cinco hermanos, y tiene ascendencia alemana y brasileña por parte paterna. Sus padres viven en el Fortín (San Julian), donde él es agricultor y ella es ama de casa. Ambos llegaron especialmente para apoyarla en el certamen.
Nuestra representante estudió en el colegio Boliviano Japonés y ahora cursa el tercer año de Sicología en la Udabol. Cuando egrese quiere especializarse en el tratamiento infantil.
Uno de sus momentos más recordados del certamen fue cuando viajaron a Comarapa, pues al llegar fueron recibidas con flores y todos querían sacarse fotos con ellas. Pero esta hermosa mujer tiene el corazón ocupado, lleva 11 meses de relación con Jorge Manrique de 31 años.
Él es médico general de la estética Enma Belleza integral.
Paula ahora luchará por el título de Miss Bolivia Universo. Aseguró que se pondrá las pilas en el gimnasio, pues quiere una cintura más delgada y unas piernas más tonificadas.
Si bien ya se realizó una mamoplastía, no encuentra ninguna otra imperfección para hacerse otra cirugía plástica. Un cambio que se hizo para el certamen fue en la cabellera, pues cambió su color natural (castaño oscuro) por un tono más cobrizo con puntas californianas
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