Primero, el espectáculo (que más parecía un aburrido documental) duró dos horas y media y resultó largo, repetitivo y tedioso para los más de 200 países que lo siguen en el mundo.
Los primeros minutos de la emisión se destacaron gracias a la mística de la cultura china, pero después el ritmo fue bajando hasta que se desinfló.
Esta vez la presentación de las más de 100 candidatas fue en pareja y se extrañó escuchar a cada miss pronunciar el nombre de su país. Los bolivianos apenas vimos a Vivian Serrano.
El presentador de la gala tuvo un trago amargo, cuando anunció a cada jurado y se quedó ‘colgado’ por cerca de un minuto, porque no se sabía el nombre del estilista. ¡Qué bárbaro!
Antes de ser elegidas, Rusia, Filipinas, Guyana, Líbano, España, Indonesia, Jamaica, Francia, Sudáfrica y Australia (las 10 semifinalistas), y las otras misses que no lograron serlo, ‘sufrieron’ en el set durante el mecanismo de selección. Fue muy incómodo y hasta bochornoso, porque el tablero en la pantalla dejaba sin esperanzas a las chicas y más de una mostró mala cara.
En el top 10 no se destacaron las latinas; solo Giovanna Cordeiro fue la única en hacer vibrar a su país con su baile paraguayo. Los videos de Belleza con propósito fueron muy largos y solo se proyectaron los de las favoritas. Para rematar, el último incidente fue cuando la directora, Julia Morley, se quedó sin sonido justo en el anuncio de la ganadora. Vos, ¿qué opinás?
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