miércoles, 10 de febrero de 2016

Gloria Limpias, la reina de las reinas



En su tarde “más olvidadiza”, como ella la define en el lobby del Hotel Monasterio, en un sillón adornado con mascarones de ángeles, Gloria Limpias, dueña del emporio de belleza “Promociones Gloria” y de franquicias de eventos como Miss Bolivia Universo, Miss Bolivia Mundo, Reina Hispanoamericana y Miss Paraguay, comienza hablando del Carnaval, expresado en el “Boulevard 2016”, que en el Cambódromo organizó como antesala de la fiesta cruceña. Aprovechó esa ocasión para homenajear a las más tradicionales comparsas, como por ejemplo a “Los Tauras”, a la que pertenece —según cuenta— el alcalde Percy Fernández, entre otras personalidades de la vida pública como, en su momento, el expresidente Hugo Banzer. “Les puse como reina a la española” (Sofía del Prado) dice, refiriéndose a la Reina Hispanoamericana 2015.

Aunque le fascina el Carnaval cruceño, lo irónico es que nunca participó en uno: siempre estuvo arreglando a los comparseros y a sus reinas. Entonces se acuerda de su madre, “una mujer de carácter firme” que la mandó a Brasil a los 14 años de edad a estudiar peluquería. A los 15 le abrió su propio salón y desde entonces no ha parado de trabajar.

Se autocalifica como una persona servicial, a la que le gusta resolver ella misma los problemas; asegura que no pasa un solo día sin que ore junto a su esposo, a quien le dice “Niño”, y que no hace nada sin antes encomendar un siguiente paso o proyecto a Dios. Revela que durante 25 años seguidos fue a La Mansión (templo católico en Santa Cruz que avivó la fe de muchos creyentes) y que de tanto escuchar “la palabra”, “alguito siempre se me quedó”.

Defiende a ultranza a la mujer. Rechaza el concepto de “cosificación de la mujer” (por el enaltecimiento de sus atributos físicos) y deja ver que lo principal, para ella, es la actitud, porque esto, no solo la belleza, definirá el éxito de una joven en todos los aspectos de su vida.

Tiene tres hijas mujeres, a las que ve capaces de heredar Promociones Gloria, aunque no está segura de que quisiera eso para ellas, pues, en su criterio, es un trabajo muy duro. Mientras tanto, ella todavía manda embajadoras de Bolivia a todos los rincones del mundo.

Contestando el celular de rato en rato, siempre risueña y con su forma de hablar sencilla y bien camba, responde una a una las preguntas de ECOS: sobre las cirugías, sobre la “belleza perfecta”, sobre el trato a la mujer como un objeto, sus posibles herederas, aunque evita referirse a la polémica con la Miss Bolivia Paula Schneider.

ECOS. ¿Qué sigue luego de que Paula Schneider renunció a la corona?
GLORIA LIMPIAS (GL). Ese es un tema que con todo mi cariño no le puedo decir, pues tengo un trato de confidencialidad sobre el cual no puedo opinar ni hablar. Yo creo que ese caso está terminado porque ahora estamos trabajando para elegir la nueva Miss Bolivia para Miss Universo 2016.
No está mal lo que ha sucedido, Dios sabe lo que hace. La nuestra (por la que sea elegida Miss Bolivia Universo en agosto), va a tener más meses para prepararse porque en el Paraguay se la elige y tiene apenas dos o tres meses y listo.

ECOS. ¿No les correspondía a las finalistas tomar el lugar que dejó vacante Schneider?
GL. No, porque ya fueron a su concurso. Cumplí con ellas en todos sus certámenes, Alguna incluso fue a dos. La cochabambina (Alejandra Panozo) ya tiene sus compromisos; ahora está trabajando en un canal de televisión.

ECOS. Si esta situación extraordinaria se hubiera dado al filo del concurso internacional, ¿qué le correspondería hacer a Promociones Gloria?
GL. Ahí si se la tiene que buscar a la que quedó de Primera Finalista. Es la primera vez en la historia que me sucede esto (la renuncia de una Miss Bolivia Universo). Es como cuando salió una Miss Mundo y al día siguiente, cuando volvía de esa elección que se realizó en Londres, era otra la reina. Igual en un Miss Universo salió una rusa y la mitad del reinado lo concluyó una panameña.

ECOS. ¿Qué opina del incidente registrado en el Miss Universo 2015, cuando le quitaron la corona a Miss Colombia para dársela a Miss Filipinas?
GL. Lamentablemente el maestro de ceremonias se equivocó. Yo creo que el jurado exigió su voto. Yo estaba ahí y el jurado le hacía señas, de abajo, para que lea. Indudablemente, fue terrible. Yo estaba cerca de la barra de Colombia. Lindísima, hermosísima, la chica.
Sin embargo el jurado tal vez se inclinó por la respuesta de la filipina, que fue muy humilde. Dijo que para ella hubiera sido un privilegio si llegaría a ser Miss Universo, y la colombiana dijo algo así como que Colombia merecía tener otra corona más. Hubo mucha humildad en la respuesta de la filipina, aunque la belleza de la colombiana “barría”, era fuerte. Pero yo creo que, por la respuesta, le bajaron el puntaje.
Me pasó con Rosario Rico Toro, cuando estaba entre las cinco finalistas para el Miss Universo. Le preguntaron cómo ella logró estar ahí entre las cinco más bellas y ella respondió que porque había trabajado, que había luchado, fue todo muy “yo, yo”. Cuando escuché su respuesta “me planché” y, de las cinco, ella era la mejor; dejando de lado la pasión de ser boliviana, ella era la mejor, la que merecía la corona. Pero eso sucede por las respuestas, que toma mucho en cuenta el jurado.
Yo recomiendo siempre a las candidatas en mis cartas: “mientras más grande, más humilde”. Así se debe de ser, porque eso (la humildad) es lo importante.

ECOS. ¿Qué piensa de la extremada delgadez de muchas candidatas a concursos?
GL. Creo que los cánones que buscan en las elecciones de Miss Universo es una mujer que sea modelo para muchas cosas y, lamentablemente, las cámaras de televisión aumentan mucho (el peso) y las chicas lo saben. La constitución de las latinas no es ser tan delgadas. Pero las europeas son así y muchas latinas también.

ECOS. ¿Y de la presión que se ejerce sobre el peso de las candidatas y una figura “perfecta”?
GL. Es una presión que se ejerce mundialmente; no la ejerce Promociones Gloria, la ejercen las redes sociales, la sociedad. A Dios gracias, yo no sé entrar a las redes sociales y no quiero aprender porque debe ser tremendo.
Por ejemplo Romina Rocamonje se consideraba gorda (comparándose con las otras candidatas rivales) teniendo el “cuerpazo”. Me decían que la paraguaya se llevaba la corona ese año de Miss Universo porque estaba escuálida de flaca.

ECOS. Hay una tendencia cada vez más fuerte de condena hacia la “cosificación” de la mujer en los concursos de belleza. ¿Qué tiene usted para decir al respecto?
GL. Se me grabó lo que dijo la exreina Hispanoamericana, la brasilera Patricia Godoy, que fue jurado en la elección de 2015. Cuando salió elegida dijo algo así como: “Agradezco a Dios por darme esta belleza porque a través de ella puedo hacer muchas obras de ayuda al prójimo importantes en mi vida”. Y es verdad, la belleza se puede utilizar; por ejemplo, gracias a gestiones de reinas se recaudan fondos para ayudar a instituciones benéficas. Depende de qué manera se emplee la belleza para hacer algo bueno.
No solo por ser bella una mujer va a poder ser exitosa. Una de las modelos que ha podido vivir del modelaje y lo sigue haciendo es Olivia Pinheiro (Exmiss Bolivia que ganó el Miss Caribe Ibisco) y tiene muy buenos ingresos. Trabaja como azafata y los clientes año tras año la contratan, como a varias reinas de Promociones Gloria. Ella no quiso trabajar en televisión porque le iba a quitar tiempo a lo que podía ganar como azafata… 350, 400 dólares en tres, cuatro horas.
Otras modelos que marcaron época fueron por ejemplo Carla Morón, a quien nombramos “Modelo del Siglo”. Esa chica pudo ganar lo que hubiera querido, pero, como anécdota, le tenía miedo a los aviones. Cuando ella o Verónica Larrieu llegaban a Roboré o San Matías, era como ver una diosa. Era una locura.
A una modelo, a una azafata, no la deberían calificar como una “cosa”. Deberían ver una chica linda que está cumpliendo su labor de trabajo.

ECOS. ¿Qué hace pesado el trabajo de Promociones Gloria?
La gente solo ve el glamour, el evento, el certamen, pero no sabe lo que hay atrás y todo el trabajo de equipo. En Santa Cruz somos famosos por las transformaciones que hacemos. Hay un cambio total, pero eso lo hago con el equipo de profesionales, compuesto por psicólogo, cirujano plástico, dentista, dermatólogo, asesora de imagen, clases de automaquillaje, de peinado. Trabajamos tanto que no tiene ni idea, ni sueña.

ECOS. ¿Cómo comienza la transformación de una candidata o una futura miss?
GL. Desde que entra una chica le digo: “Niña, si usted quiere, puede porque eso lo he visto en mi vida, lo realizo y sé que se puede”; pero depende de la personalidad de la chica. Entonces nos juntamos (el equipo), la vemos en traje de baño, vemos qué tiene que hacer la chica, si debe bajar (de peso), si debe hacer más gimnasia, tal vez hacerle un toque en la nariz o en las orejas. No soy partidaria de que se hagan 'lipo' (liposucción) ni todas esas cosas. La nariz sí ayuda mucho a un cambio.
Creo que todo lo que puede ayudar para llegar a la perfección, hay que hacerlo. Pero no comparto con la lipo. Hallo más audaz esa operación y, además, la chica que se haga la lipo tiene que hacer ejercicio toda su vida y no engordar. Si al final, lo puede hacer con gimnasia, con instructores, un buen spa y sale lo mismo.
Yo trabajé mucho con Salvador Madrid y, qué pena que no contamos con él (se fue a España). En su spa, en un mes cambiaba a las chicas. Ahora estamos con “Burgos y Belleza”, que tiene esas máquinas y uno no necesita operarse.
Intervienen varios doctores, también Quito Velasco, la profesora de asesoramiento de imagen, es un equipazo el que hay; pero hay que trabajar con ellas. Por eso tenemos las misses que tenemos. Ellas ya saben el camino y lo que se tiene que hacer.

ECOS. ¿Usted ve la estatura como una condicionante?
GL. Sí, la verdad que sí. Por eso el mínimo es 1.68, debería ser 1.70 para arriba, pero la verdad es que en Bolivia no somos altas. Es rara la chica alta que aparece, realmente una maravilla. Fíjese que Claudia Arce no era alta, Claudia Tavel tampoco. La propia Romina (Rocamonje) no es alta, pero la cochabambina María René Carmona, que ha ganado Miss Charity, mide 1.80; Adriana Delgadillo también, pero son así, contadas con los dedos, estos “monumentos”.
ECOS. ¿Por qué dice, refiriéndose a sí misma, “de este tronco han nacido muchos gajos”?
GL. Por ejemplo Miguel Chávez, que era el productor que filmaba en Promociones Gloria, abrió una agencia de modelaje con Carla Morón; Pablo Manzoni era fotógrafo de mis concursos, al igual que Leonardo Wille, pusieron agencias. Yo creo que dentro de todo se plantó una semilla y se ven los frutos. Dicen que de lo bueno se copian, y me ha tocado vivir esa etapa.

ECOS. ¿Cuál de sus hijas será la heredera de Promociones Gloria?
GL. Tatiana cumpliría muy bien este trabajo, como también Gloria Mariana, que es innovadora y más dedicada a lo artístico; hasta les gusta maquillarlas, producirlas (a las modelos). Las veo a ambas y me hubiera encantado que mi hija mayor esté en el grupo, porque son las que realmente podrían continuar con esto. Pero no sé honestamente si decirles que sigan porque es un trabajo muy pesado.
Yo permito que me llamen hasta cualquier hora, hasta en domingo. Mi hija Tatiana pone sus horarios y los hace respetar; yo no puedo. Si una chica está viajando tengo que ver cualquier percance, aunque haya secretaria que ve todo eso. Yo no me mezquino, estoy siempre a la hora que sea, creo que ese es uno de los secretos de la empresa. Si alguien tiene un problema y lo podemos solucionar, lo hacemos. Tal vez soy demasiado servicial. A mí me cuesta mucho delegar.

ECOS. ¿Planes para el futuro?
GL. Estamos trabajando la agenda del año, pero esos planes a futuro los pongo en las manos de Dios, no quiero dar ningún adelanto. La verdad es que es bien “rezadito”, con mucha oración y lo que el Señor me depare, será lo mejor. Uno con los años aprende, y eso debería aprenderlo uno desde joven: dejar en manos de Dios todo lo que uno va a hacer. Aunque le parezca mentira no podría hacer planes sin presentárselos al Señor, hacer la oración antes y pedir su bendición.

En ese momento se acuerda de su madre, “una mujer de carácter firme” que la mandó a Brasil a los 14 años de edad a estudiar peluquería. A los 15 le abrió su propio salón y desde entonces no ha parado de trabajar…

"Tal vez hacerle un toque en la nariz o en las orejas. No soy partidaria de que se hagan 'lipo' ni todas esas cosas. La nariz sí ayuda mucho a un cambio"


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