La rubia publicó en su cuenta de Instagram una imagen en biquini tomada durante sus vacaciones en Bali y se sinceró con sus 240 mil seguidores sobre su lucha por aceptarse tal como es.
“La primera vez que noté mis estrías tenía probablemente 11 o 12 años y pensé, 'no recuerdo que mi gato me hubiera arañado'. A medida que fui creciendo me di cuenta de que no era algo que debía hacerme sentir bien y que nadie en las revistas las tenía. No era algo normal ni hermoso", dice el mensaje que acompaña la imagen.
La modelo reconoció que, a pesar de que durante su adolescencia y gran parte de su vida adulta sufría cuando se veía en traje de baño, finalmente aprendió a amarse y aceptar sus "marcas de reptil".
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