viernes, 18 de marzo de 2011

Desirée Durán denunció que en otros países las misses reciben un sueldo. En Bolivia son explotadas por una empresa.

Recibir la corona de reina de belleza en una noche de glamour es el mayor sueño de las participantes en estas competencias, pero el camino que conduce a ese logro no sólo está iluminado por luces o animado por los aplausos y los mimos.

En Bolivia, algunas reinas han denunciado que en estos certámenes se ven obligadas a firmar contratos “duros” que “sólo benefician” a sus contratantes, aunque éstos aseguran que toda decisión es voluntaria a la hora de aceptar o no los términos de un acuerdo.

Es el caso de María Teresa Roca, Miss Mundo Bolivia, que mantiene un pleito con Promociones Gloria, la empresa que organiza los grandes concursos de belleza, con incursión en los más importantes certámenes de Paraguay.

Ellas tienen prohibido “participar en actividades políticas, carnavaleras, dar entrevistas a medios, sacarse fotografías con personas no autorizadas por Promociones Gloria”, según los términos revelados por Roca en una carta pública dirigida a su agencia.

Tampoco pueden bajar o subir más de dos kilos de peso y realizar trabajos particulares. Si incumplen el contrato, deben pagar una multa de 15.000 dólares “violentando de esta manera derechos constitucionales al libre ejercicio de la profesión, a la libre locomoción, la libre expresión e inclusive el derecho al trabajo profesional”, dice Roca, también abogada.

Roca dio a conocer ese dato de su contrato al reclamar para sí la corona de Miss Universo Bolivia, luego de que la ganadora renunciase a participar en un concurso mundial porque los medios denunciaron la alteración de su edad.

“Controlan tu vida”

Pero no es el único caso. La ex Miss Bolivia y actual presentadora de TV Desirée Durán denunció que durante los tres años que duran los contratos “controlan tu trabajo y controlan también tu vida”.

Durán recuerda que hace algunos años la empresa le “hizo un escándalo” y estuvo a punto de retirarle la corona ganada cuando ella salió del país sin su autorización.

Alison Roca, representante de María Teresa, agrega que “el contrato es muy duro cuando se habla de las obligaciones de la reinas. Ellas tienen muchas obligaciones y pocos derechos”.

En cambio, la presidenta ejecutiva de Promociones Gloria, Gloria de Limpias, dijo que esos compromisos “son de total acuerdo entre ambas partes y de ninguna manera son perjudiciales para las reinas”.

Cuando se le consultó sobre los detalles del contrato, la empresaria dijo que hay una cláusula de confidencialidad y no podía hacerlos públicos.

Precisamente, su empresa aplicó esa cláusula para destituir a María Teresa Roca del puesto de Miss Mundo Bolivia, una vez que ella criticó públicamente a la empresa y el convenio.

Promociones Gloria enfatiza que los contratos son voluntarios y que las firmantes son todas mayores de edad. La ganadora de un concurso, según la empresa, recibe entre premios y otros el equivalente a 31.000 dólares, la segunda obtiene 29.700 y la tercera, 29.000. No obstante, en caso de perder la corona, por un incumplimiento de los contratos, según las denunciantes, estos premios deben ser devueltos en efectivo.

Miss con sueldo

En 2006, Desirée Duran llegó a las finales en un concurso de Miss Universo y, con esa experiencia, dice que en otros países las condiciones “son muy diferentes”. Cuenta que algunas reinas tienen salario, vehículo, departamento y los trajes listos para lucir en las competencias. En cambio, en Bolivia no tienen sueldo, pero tampoco pueden trabajar en otro sitio que no sea la agencia que las promueve.

“A mí me parece que es un contrato que sólo favorece a una parte, que es la agencia”, dice y relata que cuando hay un conflicto “la Miss es la que sale perdiendo y la agencia se lava las manos”.

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