Suaves pinceladas pasteles, delicado blanco y colores metálicos como el oro y el plata, son algunos de los tonos que más se vieron en la elegante pasarela nacional. Asimismo, el clásico y sensual rojo pasión no estuvo ausente en la gala, ataviando a más de una de las espléndidas concursantes.
Durante el esperado evento, representantes de los diferentes rincones patrios compitieron por la corona máxima para representar al país en Miss Universo, el certamen de belleza más visto del planeta.
Un común denominador de brillo y pedrería rutilante protagonizó el vestuario de las candidatas, en tanto, los trajes de baño, blancos, modernos y con los actuales detalles de transparencia, delinearon las siluetas de las jóvenes participantes. Lo curioso fue que en esta oportunidad, la esperada ronda de preguntas se desmarcó de la tradición cuando las finalistas tuvieron que responder a interrogantes de opinión y cultura general, cubiertas por solo este breve atuendo, mientras intentaban lucir elegantes y seguras, con resultados no del todo satisfactorios.
El sobrio traje de gala en blanco y negro de la flamante Miss Bolivia, Antonella Moscatelli, desencantó al descubrir una versión idéntica presentada con anterioridad en la alfombra roja de Hollywood.
Diseñadores consagrados y algunos emergentes, trabajaron con esmero para destacar la belleza de las divas, aunque aún se percibe la fuerte hegemonía de los diseñadores del Oriente del país.
Es preciso destacar que una pasarela de excelencia y una bella estampa estilizada, hacen relucir la creación más simple del complicado andamiaje de la moda.
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