La ex Miss Bolivia ahora es una funcionaria más. Trabaja en una oficina de apoyo al desarrollo regional, en el Beni. Estuvo en La Paz el miércoles y confesó a La Razón que se siente muy fortalecida en sus funciones, por el respaldo del Presidente y del Vicepresidente. Todavía aprendiendo de la política dura, la joven ya tiene roces con el Gobernador del Beni, de quien cuestiona su capacidad de gestión y sus vínculos con ciertos casos de corrupción.
Cuando a Jessica Jordan se le pregunta si la política es dura en relación con el modelaje, responde: “Cada uno tiene sus dificultades. El Miss no es fácil y uno entra con deseos de crecer y ayudar a la gente. Hay el mismo deseo”.
Rubén D. Atahuichi López
es periodista
Contenta y agradecida. Así se siente Jessica Jordan, aquella ex Miss Bolivia que dejó las pasarelas para sumarse al proyecto de Evo Morales en el Beni. Hoy, madura políticamente, hasta es capaz de hacerle frente a su otrora contendor por la Gobernación, Ernesto Suárez, a quien lo apunta con la corrupción.
Ella estuvo en La Paz, dice que para coordinar el trabajo de su oficina, la Agencia de Desarrollo de las Macrorregiones y Zonas Fronterizas (Ademaf). No se anima a ser ministra ni cree que optará por una segunda oportunidad. Eso sí, sin ser militante del Movimiento Al Socialismo (MAS), se considera una funcionaria de vocación de servicio.
— ¿Se acuerda cómo comenzó?
— Ya había recibido antes una invitación del Presidente del Estado, pero no me sentía preparada. Quería incursionar algún día en la política, desde jovencita, pero no sabía cuándo. Estaba en mi pueblo, en Huacaraje, cuando recibí una llamada del Palacio de Gobierno y era la pregunta del Presidente sobre si me animaba a ser candidata a la Gobernación o a algo, una Alcaldía, que sería la de Huacaraje.
La primera respuesta era obviamente no, pero ya le había rechazado antes de trabajar en el Gobierno o ser candidata. Pero me pidió que no responda, que lo piense bien y que en dos días sí o sí le diga. La llamada fue el 25 de diciembre, Navidad del 2009, y la respuesta fue el 28. Me reuní con mi familia, con mi madre y mis tíos, y dijeron que sí, aunque yo todavía estaba en la duda.
Al día siguiente tenía que ir al campo, a vacunar con mi mamá y con mi tío. Fue uno de los peores viajes, nos plantamos, nos embarramos, empujamos el carro, caminamos kilómetros bajo el sol y eso me ayudó: ‘Tenés la oportunidad de hacer el nexo entre el Beni y ayudar a este departamento a despegar y ayudar a la gente’. Nos animamos, lo digo así porque no fue una decisión solamente mía.
— ¿Y si Rubén Costas la invitaba?
— Yo creo que nunca me hubiera invitado.
—¿Por qué?
— Son partidos tradicionales que tienen origen en familias, amistades y logias. Nosotros que no pertenecemos a esas familias, no tenemos dinero ni somos de las logias, muy pocas oportunidades tendríamos.
No creo que hubiese tenido esa oportunidad. Hubo una vez algún galanteo del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), pero algo muy fugaz, nada serio.
— Ernesto Suárez también habría tenido tentaciones…
— En realidad, el 2007 tuve una conversación con Ernesto cuando yo era Miss Bolivia. Le dije —en un vuelo de Trinidad a Santa Cruz— que algún día pensaba entrar en política y él me dijo: ‘Ojalá sea con nosotros’. Es una anécdota.
— ¿Nada más?
— Nada más. Fue una anécdota.
— ¿Se convence Jessica de militar en el MAS o ya es militante?
— Soy partidaria toda la vida de lo mejor para mi país. Hasta hoy no soy militante de ningún partido, soy extremadamente agradecida al MAS, creo en mis compañeros, trabajo con ellos y hacemos todo lo mejor para ir creciendo en el Beni, donde no existía una estructura formada del MAS.
Estoy agradecida con el Presidente, el Vicepresidente y los ministros, que me han dado mucho respaldo; para mí son mi familia. Pero más allá de los colores políticos, creo en la necesidad de sumar esfuerzos por algo positivo, como en la Asamblea del Beni, en la que hicimos un bloque mayoritario con indígenas, campesinos, el MAS y el MNR, de 16 asambleístas.
Lo teníamos antes, pero no sabíamos por qué se había quebrantado; ahora lo sabemos, había sido por los sobornos que existían en la Asamblea Departamental.
— ¿Es más capaz políticamente?
— Yo creo que todos somos capaces de lograr cosas, es simplemente voluntad, desempeño, corazón y vocación. La experiencia obviamente da muchas ventajas; si yo habría tenido experiencia, habríamos hecho alianzas y seguramente sacábamos más del 50% de votos en las elecciones de abril, porque entre el MNR y el MAS el total fue 54% en contra del 42% de Primero el Beni.
— ¿Alianza antes de las elecciones?
— Sí, antes.
— ¿Lo hubiera permitido el MAS?
— Dios sabe lo que hace. Iban a ser alianzas con personas, agrupaciones e instituciones, no necesariamente con partidos.
— ¿Cómo es su relación con Ernesto Suárez?
— Ni una. Lo he saludado unas cuantas veces en la calle, él no.
— ¿Por qué?
— Creo que le falta madurez o por lo joven que soy. No tengo rencores con nadie y no me hago problema de saludar a la gente. Política es política, pero el ser humano es siempre ser humano.
— ¿Afecta eso al Beni?
— Claro. Si analizamos la votación, que fue 40% para nosotros y 42% para Primero el Beni, Ernesto sigue gobernando para el 42%, no se da cuenta que es gobernador de un departamento de casi medio millón de departamentos.
— A Evo Morales se le cuestiona también algo así.
— No. Al menos él, en Beni, trabaja con la oposición o con los alcaldes de la oposición, del MNR. Nosotros siempre lo hicimos así. Ahora que el Gobernador no quiera participar de esto, es muy diferente. Se han hecho invitaciones al Gobernador y personalmente he dicho públicamente que las puertas (de mi oficina) están abiertas.
— ¿Qué proyectos ha propuesto?
— No solamente hemos propuesto, sino que también hicimos muchos proyectos, hemos hecho colegios, fluviales, ayudamos a llevar motores de luz a los pueblos, hemos ayudado a gestionar obras camineras con el Comando Binacional… Se ha hecho muchísimo.
Desde que estoy aquí he visto mucho trabajo e inversión del Órgano Ejecutivo y nosotros tenemos la función de fiscalizar proyectos y promover la interacción social. Hay mucho avance.
— ¿Por qué cree que Suárez tenga prejuicios con usted?
— Yo creo que es machismo, porque en las campañas escuché cuestionamientos ‘mujer, joven y miss’. Quizás por falta de madurez, vocación y responsabilidad con el pueblo. Pedir un referéndum revocatorio es irresponsabilidad, no puedes hacer derroche de plata que no hay en el departamento que no tiene para preguntar si te quedas o no; estás en manos de la justicia, respondes ante ella y la justicia determinará si tienes culpa o no. La justicia no determina si sigues o no en el cargo, eso lo determinará la Asamblea.
— ¿La eligió el MAS por mujer, por joven o por su imagen?
— Yo creo que por algo nuevo, algo diferente para el departamento. Sobre todo, creo que estaban cansados de las mentiras y de los engaños, y vieron en mí transparencia, cariño por su pueblo.
— ¿Hay proyección de la mujer?
— La mujer ha ganado mucho espacio político y eso hay que reconocerlo y agradecerle al Presidente. Algo que no olvido es que era la única mujer candidata (para las gobernaciones, en abril). Fue una invitación muy linda. También poner a la mujer 50 y 50 en el gabinete; tener la primera Ministra de Defensa. Yo creo que el Presidente confía más en las mujeres que en los hombres.
— ¿Y ellas están respondiendo a la gestión pública?
— Están haciendo lo mejor que pueden. Como estamos naciendo, es una nueva etapa para la mujer; tenemos mucho que recorrer y muchos espacios que ganar.
— ¿Cuántas mujeres y hombres dependen de usted?
— La mayoría son mujeres, y responsables. De siete, son cinco mujeres y dos varones.
— ¿Cree que hubiera sido mejor gobernadora?
— No sé cómo decirlo ni predecir. Lo único que sé es que me quedé en el departamento porque he tenido un apoyo importante y sorpresivo. Para mí, tener una votación tan alta era imposible que lo deje así; debía trabajar por el pueblo. Lo sigo haciendo, sacrificando mi juventud y mi vida social.
Hubo cambios importantes desde que hay un frente visible en relación con administraciones anteriores, obsoletas.
— Cuestiona mucho la gestión de Ernesto Suárez. ¿También es corrupta?
— Es corrupta.
— ¿Tiene pruebas?
— Existen pruebas, que están yendo por procesos: motores de luz, carreteras sin inversión y una denuncia por un tramo en Marbán, de tres millones de bolivianos sin licitación, que es mucho para darle a una empresa que se elige a dedo. En Beni hay más de 250 millones de bolivianos cuyas inversiones no se ven, solamente se ven funcionarios y migajas para el pueblo.
— ¿Jessica tiene incidencia en la Asamblea?
— Yo tengo reuniones seguidas con mis compañeros.
— ¿Qué hizo para fiscalizar a Ernesto Suárez?
— Ernesto no ha respondido a ninguna de las 10 peticiones de fiscalización en la Asamblea. Todo tiene su procedimiento y habrá requerimiento fiscal, él está negando el derecho a la información no solamente a una institución que tiene la obligación de fiscalizarlo, sino a la ciudadanía. Los asambleístas no están pintados, fueron electos por el pueblo.
— ¿Conoce el caso de los sobornos con incidencia de la Gobernación?
— Hay serias dudas con los sobornos, que implican directamente a la Gobernación. Un asambleísta (Óscar Nacif, del MNR) devolvió 70.000 dólares para la aprobación de la Ley de Cesación de Mandato, norma que era netamente y exclusivamente para el Gobernador, para nadie más.
Ese dinero habrá salido de algún lugar, existe un grupo o una persona interesada o un autor intelectual de eso. Atropellar la dignidad de indígenas y campesinos tratando de pagarle en efectivo para que voten por una ley, para que hagan parte de un bloque, es un hecho de corrupción y no hay forma de tapar el sol con un dedo.
Ya son 90.000 dólares en sobornos. ¿Lo que no llegamos a enterarnos? Ellos han tenido el valor de enfrentar y decir la verdad.
— Dicen que el MAS pudo organizar esto a través de Nacif.
— Hay que preguntarle a él. Yo no podría hablar por él, pero lo vi en las entrevistas apenado, seguramente estaba asustado, y la conciencia no le deja descansar. Se está haciendo las requisas de números de teléfonos y cuentas bancarias, seguramente se llegará a fondo. Su conciencia no le dejó seguir con esto. La verdad es algo que difícilmente suceda, pero es admirable, es de mucho coraje.
— ¿Conoce de otros casos?
— Hay varios, en especial en carreteras. Hay obras completamente inconclusas, en especial el 2007. Hay proyectos a medias y proyectos a diseño final que no están en el lugar. Tarde o temprano siempre sale a la luz pública, no se puede esconder cosas para siempre.
Lo único que sé, y es algo que no me voy a olvidar, es que a mí nadie me dio la garantía de que las elecciones para la Gobernación fueron correctas, porque ni siquiera mi voto apareció, porque la que era presidenta de la Corte Electoral ahora es funcionaria de la Gobernación y, al mismo tiempo, una de las del soborno trabajaba en la Corte de Justicia.
Está bien consumida por la política
— ¿Hizo modelaje desde que está en política?
— No, te cuento que no he hecho.
— ¿Extraña la pasarela?
— No. Mi pasarela es ahora los caminos de mi pueblo.
— ¿Qué tanto pueden creerle el cambio que hizo por la política?
— Sé que es difícil creer a los políticos, pero no me considero una política como todos los que vemos día a día en la televisión. Soy una joven luchadora, con ganas de trabajar, con una visión de país y unidad. Los jóvenes tenemos otra perspectiva del mundo político. El creerle o no a una persona queda para adelante.
— ¿Cómo es su día a día?
— No hay una rutina, pero como directora regional de la Agencia para el Desarrollo de Macrorregiones y Zonas Fronterizas (Ademaf) estoy en mi oficina y, generalmente, mi trabajo es externo, estoy en reuniones con la gente, viajo a los municipios y a las provincias, ayudo a los alcaldes, hacemos foros, reuniones con organizaciones sociales, análisis de temas del momento. Generalmente, no tengo sábados ni domingos ni feriados.
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