lunes, 6 de junio de 2011

Marioli Ulloa Miss La Paz

Nació en Tarija, pero reside desde hace varios años en La Paz. Tiene 21 años y cursa el quinto semestre de ingeniería industrial. En unos días más, entregará la corona que lució durante un año: Miss La Paz 2010.
Ella es Faride Marioli Ulloa Elías, modelo de Cinetel y Promociones Gloria. Su año de reinado, sus sueños y proyectos, en esta entrevista con ERES.
—Estás a punto de dejar la corona como soberana de La Paz, ¿qué te dejó esta experiencia?
—El título y la corona pasarán a la nueva reina; pero son tantas las experiencias, momentos y personas que quedan gracias al Miss La Paz… De todo resalto, por sobre todo, el cariño y apoyo de las personas (niños, adolescentes, jóvenes y adultos) que pude ganarme.
No puedo dejar de lado que esta experiencia me hizo madurar mucho y me ayudó a darme cuenta que lo más importante no es llegar a la meta, sino el camino que tomas para llegar a ella.
—¿Qué fue lo mejor y qué fue lo peor?
—Lo mejor, todo el cariño y apoyo que recibí tanto de la gente paceña como de todo el país para el concurso de Miss Bolivia. En este año de reinado tuve la oportunidad de compartir con la linda gente de los pueblos, que me demostraron su cariño y me nombraron Hija Predilecta de alguno de ellos. Algo que me marcó de una manera muy especial fue visitar a gente que necesita mucho cariño, como los niños del IDAI, los niños de los desastres… Tal vez nunca terminaría de responder esta pregunta, porque me es difícil jerarquizar lo mejor entre tanta maravilla.
Lo peor, darme cuenta de que no todo es como te lo pintan. A veces una quisiera que las cosas funcionen de otra manera, y cuando te das cuenta de que hay cosas que no funcionan con la transparencia que uno quisiera, sientes desilusión.
—¿Te hiciste alguna cirugía plástica para el concurso?
— Ninguna para el concurso. Yo creo que una cirugía no se la realiza para un concurso, sino porque la persona sabe que puede verse y sentirse mejor con ella misma y con su entorno.
—¿Cómo crees que le va a La Paz en los concursos de belleza?
¿Seguimos en el “patio trasero” con relación a Santa Cruz o Beni?
—El complejo de inferioridad del que no nos podemos desprender debería desaparecer por completo. Un concurso no termina de definir el valor de las personas ni de un lugar. Los concursos miden no sólo belleza, sino preparación, apoyo, inversión, interés…
Una corona es un compromiso asumido con una región o con un departamento, es la obligación de representar dignamente a ese lugar. El cómo lleves adelante ese trabajo y el cariño de la gente que llene tu corazón serán los verdaderos valores para decir si nos fue bien o no en algún concurso, y para mí fue el cariño de toda las personas de Bolivia que se vio plasmado a través de encuestas y críticas de profesionales entendidos en el tema, que me ponían entre las favoritas en todos los medios de prensa.
—En lo personal, ¿cómo va tu corazón?
¿Estás de novia?
—Mi corazoncito, muy tranquilo, ya que tengo a todas las personas que quiero y aprecio a mi lado.
—¿Qué es lo que más te conquista de un hombre y qué lo que menos toleras?
—Un hombre a cabalidad debe ser él mismo y sentirse feliz con lo que es. Hablarte del respeto, la seguridad, la confianza y los valores estaría demás… La falta de sinceridad es algo que no tolero ni en hombres ni en mujeres; una persona que no es sincera tampoco puede ser confiable, menos podrá acompañar a otra persona en esta aventura que es la vida.
— ¿Cómo es Marioli, qué tiene de bueno y qué de malo?
—Ante todo, soy una mujer que sé lo que quiero y confío en que Dios no me dejará de lado nunca. Esto hace que vaya por el mundo con la verdad por delante, que diga las cosas tal y como las siento o las veo. Me considero una persona multifacética, ya que estudio, hago deporte, me divierto con mis amig@s, además de dedicarle buena parte de mi tiempo al voluntariado, en el que trabajo desde hace cinco años. Mi mayor virtud es la tolerancia, el respeto por las diferencias y la búsqueda de una verdadera convivencia en una sociedad plural y diversa.
Algo de malo que confieso con un poco de vergüenza es lo caprichosa que soy a veces.
—¿Qué proyectos tienes para el futuro?
—Ser feliz. Esto implica crecer íntegramente como persona: consolidarme profesionalmente, apostar y contribuir al crecimiento y desarrollo de mi país y, como anhelo mayor, construir una familia de la cual me sienta orgullosa por siempre. Soy consciente de que estos proyectos se realizarán con mucho trabajo y con la ayuda de Dios.

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